Aunque son cada vez más los medios de comunicación que califican de feminicidio la muerte de las mujeres a mano de sus parejas o exparejas, la información sobre ellas escasea. Encontrar algún dato sobre sus vidas distinto a los ofrecidos por las autoridades, es tarea casi imposible. Rara vez las notas periodísticas exceden las diez líneas, que incluyen los datos sobre el feminicida. Ellas, las asesinadas, se reducen a un nombre –no siempre correcto— y al modo en que se les arrebató la vida.
Tarea pendiente es reflexionar sobre el modo en que los medios informan sobre el feminicidio, que hunde sus raíces en una ideología social y cultural, el patriarcado, que desvaloriza la vida de las mujeres. Parecería, entonces, que nombrar el feminicidio no es otra cosa que una puesta al día del lenguaje, desprovista de todo otro propósito.
El sistema político, de su lado, continúa guardando silencio cómplice. En las rarísimas ocasiones en que habla del tema, destila oportunismo. Su visión es meramente instrumental y el discurso con que lo alude, plagado de frases hechas que apenas rozan la superficie del problema. Ni el gobierno ni el Estado inscriben entre sus prioridades la lucha contra la violencia de género, de la cual el feminicidio es expresión extrema. El miserable presupuesto del Ministerio de la Mujer denuncia este desinterés culpable.
Durante el primer semestre de este año, treinta y siete mujeres (incluidas dos niñas) fueron víctimas de feminicidio, trece de ellas en junio. La fatídica lista podría ser mucho más extensa, sin embargo.
Otras veintiuna mujeres recibieron heridas graves y se las trasladó a distintos hospitales, donde se les pierde el rastro: Wildania Moreta (veneno); Miriam Guzmán (varias puñaladas); Tania Montolío (siete puñaladas); Anneris Valeria Nova (balazo en la espalda); Soribelka Camilo (28 puñaladas); Gilda Gabriela Alcántara (un balazo); María Alexandra Espinosa (tres balazos); Darlenis Toribio (veneno); Mariely García (varias puñaladas); Rosanna Altagracia Abreu (balazo en la cabeza).
También Tania Herminia Noesí (nueve puñaladas); María Nelly Ramírez (heridas en la cara); Yessica Pérez Tavárez (violada y acuchillada por excuñado, que mató al hijo de seis meses de la víctima); Daysi Maureli Santana Félix (20 puñaladas); Mikelange Josie (30 puñaladas); Rosángela Guzmán (siete puñaladas); Dominga Ramírez Cabrera (varios machetazos); Elizabet Herrera Muñoz (golpes; el hombre también violó y mató a una sobrina de su víctima de ocho años de edad).