Con la muerte de un raso de la Policía Nacional a manos de otros cuatro agentes el pasado lunes, suman cinco los miembros de esa institución que han perdido la vida en diferentes incidentes entre compañeros ocurridos en los últimos diez meses. Manuel Merán Maldonado, de 26 años, quien fue ultimado de un disparo en la cabeza por dos rasos, un cabo y un sargento que componían una patrulla adscrita al Departamento Anti Ruidos en Arroyo Hondo es la víctima más reciente de este tipo de sucesos, en la mayoría de los cuales se ha alegado que han ocurrido de forma accidental.
Por el hecho, la Policía dispuso el sometimiento a la justicia de los rasos Francis Acosta Martínez, de 27 años, y Arturo Lorenzo Báez, de 31 años; el cabo Nicario Marte Solano, de 30 años, y el sargento Isidro de Jesús Mejía, de 40 años, tras determinar que incurrieron en un uso excesivo de la fuerza y mintieron a sus superiores al decirles que tuvieron un forcejeo con Merán Maldonado y que se les había zafado el disparo que le causó la muerte. De acuerdo a la versión ofrecida por los agentes, Merán Maldonado había ignorado una orden de detenerse mientras transitaba con una música a alto volumen. El fenecido agente fue sepultado la tarde de ayer en el Cementerio Cristo Redentor.
Otros casos
El 29 de mayo pasado, el raso policial Franklin Mejía Herrera fue muerto de un disparo en el pecho por el también raso, Kelly Vilorio en el cuartel el ensanche Libertad de Santiago, luego que ambos sostuvieron una discusión. El día cuatro del mismo mes murió en la Escuela de Entrenamiento Policial de Hatillo el cabo de esa institución, Roberto Almonte Ramírez, de 29 años, al ser impactado por un disparo accidental que le hizo una agente durante una sesión de practica de tiro. El 18 de septiembre de 2017, el raso Wilfredo Rodríguez Carmona resultó muerto de un disparo que se le habría escapado al agente José Joel Carvajal Rivas, en Luperón, Puerto Plata.
El 12 de diciembre de 2017, el raso Raúl Emilio Mota Patiño murió de un disparo en la cabeza que le propino el también raso Rodes Alcántara Montero, cuando alegadamente limpiaba su arma en el destacamento Gregorio Luperón, del sector Camboya en Santiago.