Desde que se inauguró el Teleférico de Santo Domingo el pasado 23 de mayo, Sabana Perdida, la Charles de Gaulle, Gualey y Los Tres Brazos se ven diferentes. Desde las alturas, hasta llegar al puente Francisco del Rosario Sánchez, se aprecian los coloridos techos de los inmuebles que, hasta el momento, se utilizan para colocar tinacos, antenas y parábolas. Este sistema de transporte que, según estudios, es seguro y no contamina al medio ambiente, tiene una proyección de beneficiar alrededor de 297 mil personas. Con sus 36 torres de soporte del cable portante y 215 cabinas, el teleférico ha venido a dar “la respuesta al caos del transporte”.
“A nivel mundial, la solución de los problemas de transporte ha sido a través del Servicio de Transporte Masivo, es decir, mediante mecanismos e instrumentos que tengan un enfoque de colectividad, no individual”, indica el economista Franklin Vásquez.
Asegura que con este sistema se “está dando un salto a la modernidad, dentro de la pobreza en que viven esos barrios por donde se ha construido el teleférico”. Además, a “la disminución en los gastos de bolsillos para el pago de transporte y la reducción en el tiempo de traslado hacia los centros de trabajo y estudios, son los principales beneficios para los usuarios”.
Llegar a Gualey desde Sabana Perdida tiene una duración aproximada de 20 minutos, trayecto que puede ser aprovechado tanto por las empresas como por los dueños de inmuebles. ¿Se imagina que en este tiempo, mientras pasa el teleférico, pueda enterarse en los techos de las viviendas de las ofertas y novedades en los comercios dominicanos?.
Gracias a la obligación, por así decirlo, que tienen los pasajeros que se monten en las cabinas tricolor, alusivas a la Bandera Nacional, de mirar hacia abajo, los techos de las edificaciones de la zona podrían ser usados para colocar publicidad exterior.
¿Cuántas personas lo verían? Si se cumplen las proyecciones, en horario de lunes a domingo, de 6 de la mañana a 10 de la noche, de que se suban a las cabinas 3,000 pasajeros en cada sentido (6,000 por hora), en los cinco kilómetros de recorrido, las vallas serían vistas por 102,000 usuarios por día. Unos 714,000 a la semana.
¿Podrían los residentes conseguir ingresos extras? ¿Sería el teleférico la luz en la oscuridad para los pobres de la zona? El docente universitario señala que “un beneficio colateral del teleférico es la generación de ingresos que pudiera derivarse para los habitantes de la zona, a partir del alquiler de sus techos para publicidad de productos y servicios de las empresas comerciales que tienen exposición masiva”.
Quienes, continúa, “pudieran recibir más ingresos por esta vía que mediante los salarios que devengan”.
“Los Tres Brazos y Sabana Perdida se prestan para la colocación de publicidad, ya que en ambas locaciones tenemos un factor común y es el tipo de construcción tipo multifamiliares de techos muy parecidos”, afirma el director de NM Outdoor Consulting, Nilson Mejía.