Un menor de edad, que alegadamente es heredero de una fortuna superior a los 200 millones de euros, pasó dos años y siete meses sin energía eléctrica, ya que no puede hacer uso de su fortuna para sustentar sus gastos, debido una litis judicial. Según el abogado del menor y de su familia, Carlos de la Rosa, el niño Luis Pier Ligow Figueroa, de 12 años, es hijo del millonario francés Pier Ligow y de la dominicana Wendy Suleika Figueroa. Alegó que supuestamente el grupo de abogados que integran Juan Enrique Güílamo, Juan Alfredo Ávila, Teodoro Ursino Reyes (gobernador de La Romana) y Pavel Germán, que eran representantes del francés en el país, luego de su muerte, se asociaron para quedarse con la fortuna del extranjero.
De la Rosa denunció que presuntamente los referidos abogados, tras enterarse de la muerte del francés por un infarto y de su esposa meses más tarde por una afección cardiaca en el 2012, conformaron un “Consejo de Familia”, dejando a la abuela materna del menor, Ysmauris Mercedes Reyes, fuera de éste, para quedarse con la tutela de Luis Pier Ligow y así manejar su herencia. De la Rosa afirmó que tienen 32 sentencias que le favorecen para conformar el “Consejo de Familia”, pero que el grupo de abogados ha recurrido las mismas en instancias superiores y en casación para evitar su ejecución.
Dilación en la SCJ
Refirió, asimismo, que sometieron un “auto judicial” por ante la Suprema Corte de Justicia, y que el mismo duró tres años y medio para conocerse. “Un Consejo de Familia, que se conforma en 20 días, tiene cinco años tratando de hacerse, porque Enrique Güílamo y Pavel Germán han incidentado el proceso para seguir manejando el patrimonio del niño con subterfugios legales”, afirmó el abogado.
Duró dos años sin luz, y tiene un año si escuela
El menor tiene un año que no asiste al colegio porque acumuló una deuda de 350 mil pesos y la villa que heredó de sus padres, en Casa de Campo, duró dos años y siete meses sin energía, ya que la factura mensual es de 150 mil pesos, por lo que un tío, el abogado y familiares han tenido que endeudarse y quebrar sus negocios para sostener el menor mientras este vive de donaciones.