Nueva York.- La madre puertorriqueña Lorry González, acusó a dos dominicanos a los que no identificó, pero dijo que son padre e hijo, de atracarla en su apartamento, donde la ataron a ella, su hijo autista de 7 años de edad, Caleb González y su vecino Robert Ross, que estaba en la vivienda, y golpearlos con la cacha de una pistola calibre 9mm que usaron para cometer el robo. La señora González, quien en su página facebook se identifica como nativa de Aguadilla en Puerto Rico, aseguró que los presuntos atracadores dominicanos, frecuentan una barbería cercana al edificio donde ella vive con su hijo, en una entrevista con el tabloide NY Daily News.
No se han hecho arrestos todavía en relación al atraco.
La señora González dijo que tiene una idea de quiénes son los sospechosos. “Los ladrones son un una pareja de padre e hijo dominicanos, que han robado en otras áreas de la vecindad. Ellos se la pasan en una barbería de la cuadra”, La policía, que divulgó el sábado la imagen de los dos hombres en el elevador del edificio, dijo que los busca activamente. El niño autista, fue golpeado varias y veces y al señor Ross, le ocasionaron una herida profunda en la cabeza con la misma pistola.
Madre, hijo y vecino, fueron amarrados por los ladrones y para hacerlo con el niño, usaron los cordones de los zapatos del menor. Caleb, acababa de regresar de la escuela especial en la que estudia. Los atracadores, siguieron a las víctimas en el elevador, hasta el pasillo del apartamento en el edificio situado en la calle 181 Este, cerca de la avenida Belmont en El Bronx. La madre relató al Daily News, que los atracadores, esperaron que ella abriera la puerta del apartamento para entrar y encañonarlos a todos, llevándolos a la habitación.
Ella cuenta que fue ultrajada, pero que siente como si la hubieran violado. El atraco ocurrió a eso de las 3:30 de la tarde del viernes, dijo la policía. El niño autista dijo en su característica manera que asustó mucho durante el atraco, “pero estoy bien ahora”. La madre señaló que los criminales ataron los tobillos del niño con sus propios cordones.
“Anoche mi hijo no durmió”, explicó González, de 43 años. “Mi hijo es autista. Él no puede expresar ciertas cosas”. Ella agregó que “estoy loca, se supone que yo debería estar segura en mi casa. Perdí el sentido de la dignidad. Me siento violada.” Los atracadores golpearon a Ross en la cabeza, antes de comenzar a saquear el apartamento y le produjeron un corte profundo sobre la oreja izquierda. “Me golpearon en la cabeza tres o cuatro veces”, dijo Ross. “Ellos salieron de la nada. Fue una emboscada una emboscada de plano“.
Él dijo que no vio a los atracadores, pero sí la pistola.
Durante el atraco, Ross, que estaba atado con un cordel, desafió a los ladrones a dispararle, pero no apretaron el gatillo. “Esperaba que al desafiarlos, se fijarían en mi y dejarían al niño tranquilo”, dijo. Les preguntó a los atracadores que por qué no acababan de dispararle. ”Dijo que uno de los delincuentes que estaba frente a él, se retiró. “Yo no estaba tratando de ser un héroe. Lo más importante era que no perjudicaran al niño”.
El colchón de la cama del niño, se tiñó con sangre del señor Ross, dijo la madre, quien llama a su vecino un héroe. “Mi vecino es un gran hombre”, dijo. “Cada día trae a Caleb L piso de arriba cuando llega de la escuela. Se suponía que debía permanecer durante media hora hasta que la niñera llegara”.
Los atracadores salieron corriendo de la vivienda con una caja fuerte con $6.000 dólares y un cofre con joyas. “Tenía $160 y no toque el dinero”, dijo Ross. La caja en la que estaban las joyas, guardaba los dientes de leche de Caleb, y unas cuantas fotos tomadas cuando era un bebé.
González dijo que el dinero era para su tienda de teléfonos móviles, que está cerca de su casa. “El dinero no es importante”, dijo. “Los recuerdos sí lo son”. Los ladrones descuidados corrieron fuera de la habitación, pero no antes de que uno de ellos olvidara su celular, gorra y guantes en la habitación de la madre, dijo la policía. Los investigadores esperan que los artículos desechados y las imágenes de vídeo de los atracadores, grabadas en el edificio, conducirán a pistas para sus identificarlos.