Un hombre que le robó un vehículo a otro supuestamente en la provincia de Bonao, le exigió mediante notas de voz por Whatsapp el pago 60 mil pesos por su devolución, en una especia de “rescate” por la yipeta “secuestrada”. Como un hombre “serio” se describió el ladrón que contactó al dueño del vehículo, alegando de que se dedicaba a ello solo por necesidad y que los primeros ladrones del país eran los funcionarios públicos.
“Confié en Dios y después en mi…soy ladrón porque le robé su vehículo, pero no soy abusador”
“Le voy a entregar…váyase a un Caribe Express a hora mismo y me tira para mandarle el nombre para quien vea que está hablando con un hombre”, dijo.
Señaló al propietario de que tenía la seguridad le entregaría el vehículo porque ya tenía en sus manos el número de cuentas y que por allí podía localizar a todos sus allegados.
“Le estoy dando mis datos y usted con mi número de cuenta lo busca en data y sabe dónde vive mi mama y mi papa, pero como yo le voy a entregar su vehículo pues yo no quiero percance y tendrá un enemigo”, agregó el confeso ladrón.
Dijo que si la víctima del robo quería comprobar que se puede confiar en su palabra de ladrón, le daría varios nombres de otras víctimas que habían hecho ese mismo “negocio” con él. Un hombre que le robó un vehículo a otro supuestamente en la provincia de Bonao, le exigió mediante notas de voz por Whatsapp el pago 60 mil pesos por su devolución, en una especia de “rescate” por la yipeta “secuestrada”.
Como un hombre “serio” se describió el ladrón que contactó al dueño del vehículo, alegando de que se dedicaba a ello solo por necesidad y que los primeros ladrones del país eran los funcionarios públicos. Confié en Dios y después en mi…soy ladrón porque le robé su vehículo, pero no soy abusador”
“Le voy a entregar…váyase a un Caribe Express a hora mismo y me tira para mandarle el nombre para quien vea que está hablando con un hombre”, dijo.
Señaló al propietario de que tenía la seguridad le entregaría el vehículo porque ya tenía en sus manos el número de cuentas y que por allí podía localizar a todos sus allegados.
“Le estoy dando mis datos y usted con mi número de cuenta lo busca en data y sabe dónde vive mi mama y mi papa, pero como yo le voy a entregar su vehículo pues yo no quiero percance y tendrá un enemigo”, agregó el confeso ladrón.
Dijo que si la víctima del robo quería comprobar que se puede confiar en su palabra de ladrón, le daría varios nombres de otras víctimas que habían hecho ese mismo “negocio” con él.
“Confié en Dios y después en mi…soy ladrón porque le robé su vehículo, pero no soy abusador”
“Le voy a entregar…váyase a un Caribe Express a hora mismo y me tira para mandarle el nombre para quien vea que está hablando con un hombre”, dijo.
Señaló al propietario de que tenía la seguridad le entregaría el vehículo porque ya tenía en sus manos el número de cuentas y que por allí podía localizar a todos sus allegados.
“Le estoy dando mis datos y usted con mi número de cuenta lo busca en data y sabe dónde vive mi mama y mi papa, pero como yo le voy a entregar su vehículo pues yo no quiero percance y tendrá un enemigo”, agregó el confeso ladrón.
Dijo que si la víctima del robo quería comprobar que se puede confiar en su palabra de ladrón, le daría varios nombres de otras víctimas que habían hecho ese mismo “negocio” con él. Un hombre que le robó un vehículo a otro supuestamente en la provincia de Bonao, le exigió mediante notas de voz por Whatsapp el pago 60 mil pesos por su devolución, en una especia de “rescate” por la yipeta “secuestrada”.
Como un hombre “serio” se describió el ladrón que contactó al dueño del vehículo, alegando de que se dedicaba a ello solo por necesidad y que los primeros ladrones del país eran los funcionarios públicos. Confié en Dios y después en mi…soy ladrón porque le robé su vehículo, pero no soy abusador”
“Le voy a entregar…váyase a un Caribe Express a hora mismo y me tira para mandarle el nombre para quien vea que está hablando con un hombre”, dijo.
Señaló al propietario de que tenía la seguridad le entregaría el vehículo porque ya tenía en sus manos el número de cuentas y que por allí podía localizar a todos sus allegados.
“Le estoy dando mis datos y usted con mi número de cuenta lo busca en data y sabe dónde vive mi mama y mi papa, pero como yo le voy a entregar su vehículo pues yo no quiero percance y tendrá un enemigo”, agregó el confeso ladrón.
Dijo que si la víctima del robo quería comprobar que se puede confiar en su palabra de ladrón, le daría varios nombres de otras víctimas que habían hecho ese mismo “negocio” con él.