Santiago.- Los programas de rescate y ayuda a niños en condiciones de vulnerabilidad, no han logrado detener la ola de menores que deambulan por las calles y avenidas de Santiago. Y es que a pesar de que en esta provincia existen una serie de instituciones, algunas como Acción Callejera que trabaja con cientos de menores de comunidades empobrecidas, cada vez son más los toman las calles y se lanzan a realizar todo tipo de labor.
Desde pedir en las esquinas, limpiar cristales de carros, vender aguacates o frutas, son de las labores más comunes que realizan cientos de niños en barriadas de Santiago y las principales avenidas como la estrella Sadhalá y la 27 de Febrero.
El pastor Pablo Ureña, quien desde hace doce años creo el programa Niños con una esperanza del sector Cienfuegos, asegura que una gran cantidad de menores aún sigue laborando como buzos en el ecoparque de Rafey.
Otros son utilizados por sus padres para realizar labores de adultos.
“Es preocupante ver como cientos de niños deambulan por las calles de Santiago, sin que exista una institución capaz de velar por los derechos de estos menores que realizan todo tipo de trabajo, exponiéndose a los peligros”, expresa Ureña.
El religioso considera altamente preocupante, la cantidad de niños y niñas que son forzado por sus padres a dejar los estudios para ponerlo a trabajar en talleres, colmadones, bancas, galleras, billares, metaleras, vertedero.
Ureña refiere que esto los convierte en presa fácil para que adultos abusadores que los prostituyan y terminan alejados de los estudios y los convierten en un potenciales delincuentes al ser expuesto a un ambiente hostil.
En el caso de Acción Callejera trabaja con 7,436 menores de estas comunidades marginadas comoYaguita de Pastor, el Hoyo de Elías, Navarrete, La Joya, Rafey, el Fracatán y el casco urbano.
También en el sector Cienfuegos, Villa Rosa II, San Antonio, Ensanche José Manuel, Ingenio Arriba, Barrio Duarte y en el distrito municipal de Hato del Yaque.
Sin embargo, la falta de apoyo oficial y del sector privado permite que continúen aumentando el número de menores en condición de riesgo. En varias ocasiones, esta entidad ha abogado por un mayor respaldo y para recaudar fondos para brindar sus servicios, ha tenido que recurrir a todo tipo de actividades.
Desde pedir en las esquinas, limpiar cristales de carros, vender aguacates o frutas, son de las labores más comunes que realizan cientos de niños en barriadas de Santiago y las principales avenidas como la estrella Sadhalá y la 27 de Febrero.
El pastor Pablo Ureña, quien desde hace doce años creo el programa Niños con una esperanza del sector Cienfuegos, asegura que una gran cantidad de menores aún sigue laborando como buzos en el ecoparque de Rafey.
Otros son utilizados por sus padres para realizar labores de adultos.
“Es preocupante ver como cientos de niños deambulan por las calles de Santiago, sin que exista una institución capaz de velar por los derechos de estos menores que realizan todo tipo de trabajo, exponiéndose a los peligros”, expresa Ureña.
El religioso considera altamente preocupante, la cantidad de niños y niñas que son forzado por sus padres a dejar los estudios para ponerlo a trabajar en talleres, colmadones, bancas, galleras, billares, metaleras, vertedero.
Ureña refiere que esto los convierte en presa fácil para que adultos abusadores que los prostituyan y terminan alejados de los estudios y los convierten en un potenciales delincuentes al ser expuesto a un ambiente hostil.
En el caso de Acción Callejera trabaja con 7,436 menores de estas comunidades marginadas comoYaguita de Pastor, el Hoyo de Elías, Navarrete, La Joya, Rafey, el Fracatán y el casco urbano.
También en el sector Cienfuegos, Villa Rosa II, San Antonio, Ensanche José Manuel, Ingenio Arriba, Barrio Duarte y en el distrito municipal de Hato del Yaque.
Sin embargo, la falta de apoyo oficial y del sector privado permite que continúen aumentando el número de menores en condición de riesgo. En varias ocasiones, esta entidad ha abogado por un mayor respaldo y para recaudar fondos para brindar sus servicios, ha tenido que recurrir a todo tipo de actividades.