Nueva York.- Jennifer Encarnación, una prostituta dominicana de 22 años de edad, torturada por su proxeneta (chulo), lloró la sentencia contra el hombre en la corte, cuando el juez lo condenó a entre 42 y 14 años en la cárcel diciendo que “es una buena persona” y pidiendo clemencia al juez para que no lo enviara a la cárcel.
"Él es mi motivación, mi mejor amigo, mi mejor mitad, él era todo para mí", dijo la prostituta dominicana en el tribunal poco antes de que Grant fuera sentenciado.
La prostituta dijo que su vida iba hacia el desastre antes de conocer a Grant y comenzó a acostarse con hombres por $1.000 dólares la noche.
"Me ayudó a dejar de beber y usar drogas, dejé de ser descuidada en mi vida", añadió al referirse a la “influencia positiva", que sobre ella tuvo el chulo.
“Lo que hacemos a la vista del público puede parecer horrible, debido a la moral, pero es por decisión de una misma, no por la fuerza”, señaló Encarnación, agregando que "no soy una víctima".
Grant, de 31 años, también profesó su amor por Encarnación y le dijo al magistrado Bonnie Wittner, que su vida había cambiado.
"Estoy dando vuelta a una nueva página y quiero casarme con la señorita Encarnación y tener hijos con ella, y abrir un negocio cuando salga la cárcel”, le explicó el proxeneta al juez.
A pesar de las lágrimas de la prostituta y las explicaciones de Grant, el juez, que se mostró insensible a las súplicas, no tuvo clemencia, y lo condenó a entre 42 a 14 años.
"Yo pondría el señor Grant Byas, a la altura de los mejores de ellos en términos de su comportamiento abusivo, su misoginia, su violencia hacia todas estas mujeres", dijo el juez antes de condenarlo.
"Esto no era una relación de negocios, esto fue tráfico sexual", sostuvo la fiscal adjunta Jennifer Dollee quien pidió la pena máxima de entre 50 a 16 y dos tercios de años en prisión.
En febrero, un jurado declaró culpable a Grant por tráfico sexual con Encarnación y trata de personas, el caso de otra mujer y promover la prostitución y lo exoneró de tráfico sexual en relación a otras dos mujeres.
La fiscal argumentó que Grant utilizó la violencia brutal para forzar a las cuatro víctimas a vender sus cuerpos para que le entregaran a él dinero que ganaban.
Encarnación les dijo a los jurados que amaba su trabajo y a su proxeneta. Señaló que había noches en las que se buscaba hasta $5.000 dólares y que entre sus clientes, figuran abogados, jueces y policías que le pagaron para tener relaciones sexuales con ella en hoteles elegantes de Manhattan.
El abogado defensor de Grant, Howard Greenberg, argumentó que el acusado, podría ser “una escoria y un bajo en la vida, pero no un traficante de sexo”.
"Estas mujeres sostuvieron relaciones sexuales voluntarios motivadas por el espíritu de su libre decisión", dijo el jurista en su resumen de cierre en el juicio.
“El merece indulgencia, estábamos planeando casarnos”, le dijo ella al juez sobre Karmik Grant Byas, quien la golpeó tan fuerte y la torturó, que le dejó profundas marcas y huellas en distintas partes del cuerpo.Le quemó un brazo con una plancha de desrizar y le rompió un diente y le partió el labio en dos.
"Él es mi motivación, mi mejor amigo, mi mejor mitad, él era todo para mí", dijo la prostituta dominicana en el tribunal poco antes de que Grant fuera sentenciado.
La prostituta dijo que su vida iba hacia el desastre antes de conocer a Grant y comenzó a acostarse con hombres por $1.000 dólares la noche.
"Me ayudó a dejar de beber y usar drogas, dejé de ser descuidada en mi vida", añadió al referirse a la “influencia positiva", que sobre ella tuvo el chulo.
“Lo que hacemos a la vista del público puede parecer horrible, debido a la moral, pero es por decisión de una misma, no por la fuerza”, señaló Encarnación, agregando que "no soy una víctima".
Grant, de 31 años, también profesó su amor por Encarnación y le dijo al magistrado Bonnie Wittner, que su vida había cambiado.
"Estoy dando vuelta a una nueva página y quiero casarme con la señorita Encarnación y tener hijos con ella, y abrir un negocio cuando salga la cárcel”, le explicó el proxeneta al juez.
A pesar de las lágrimas de la prostituta y las explicaciones de Grant, el juez, que se mostró insensible a las súplicas, no tuvo clemencia, y lo condenó a entre 42 a 14 años.
"Yo pondría el señor Grant Byas, a la altura de los mejores de ellos en términos de su comportamiento abusivo, su misoginia, su violencia hacia todas estas mujeres", dijo el juez antes de condenarlo.
"Esto no era una relación de negocios, esto fue tráfico sexual", sostuvo la fiscal adjunta Jennifer Dollee quien pidió la pena máxima de entre 50 a 16 y dos tercios de años en prisión.
En febrero, un jurado declaró culpable a Grant por tráfico sexual con Encarnación y trata de personas, el caso de otra mujer y promover la prostitución y lo exoneró de tráfico sexual en relación a otras dos mujeres.
La fiscal argumentó que Grant utilizó la violencia brutal para forzar a las cuatro víctimas a vender sus cuerpos para que le entregaran a él dinero que ganaban.
Encarnación les dijo a los jurados que amaba su trabajo y a su proxeneta. Señaló que había noches en las que se buscaba hasta $5.000 dólares y que entre sus clientes, figuran abogados, jueces y policías que le pagaron para tener relaciones sexuales con ella en hoteles elegantes de Manhattan.
El abogado defensor de Grant, Howard Greenberg, argumentó que el acusado, podría ser “una escoria y un bajo en la vida, pero no un traficante de sexo”.
"Estas mujeres sostuvieron relaciones sexuales voluntarios motivadas por el espíritu de su libre decisión", dijo el jurista en su resumen de cierre en el juicio.