Un día como hoy, hace 199 años, nació Francisco del Rosario Sánchez, uno de los padres de la patria que hoy conocemos como República Dominicana junto a Juan Pablo Duarte y Matías Ramón Mella. Su familia estuvo vinculada a la causa libertaria durante la ocupación haitiana y él tomó las riendas de la lucha independentista debido a la ausencia de Duarte, de hecho, fue quien proclamó la independencia en la Puerta de la Misericordia el 27 de febrero de 1844.
Minutos antes de la proclamación de la independencia fue elegido por los miembros de La Trinitaria “Comandante en Armas” y presidente de la Junta Gubernativa.
Sánchez izó la bandera nacional en la Puerta de la Misericordia al grito de ¡Dios, Patria y Libertad! una vez escuchó el trabucazo disparado por Mella.
Este abogado, político y militar fue un autodidacta que dominaba el francés y el latín. Su educación estuvo primero guiada por su madre, Olaya del Rosario, y después por el cura peruano Gaspar Hernández, quien fortaleció el espíritu patriota de Sánchez.
El patricio adquirió apreciable cultura y sus defensas como abogado fueron notables.
Tras el regreso del exilio fue nombrado fiscal ante el Tribunal de Apelación de Santo Domingo, teniendo que llevar la acusación contra el general Antonio Duvergé en el primer juicio que le hizo Pedro Santana. A partir de ese momento pasó a ser defensor público y recibió una licencia de la Suprema Corte de Justicia para ejercer su profesión.
Exilio. En abril de 1855 fue enviado al exilio en Curazao y regresó en agosto de 1856. Cuando Pedro Santana negociaba la anexión a España, Sánchez manifestó su oposición y en agosto de 1859 fue encarcelado debido a su postura. En septiembre, fue enviado al exilio en Saint Thomas.
Desde su exilio y sin recursos económicos mantuvo sus ideales de lucha contra la anexión. Apeló por la unidad de los dominicanos y viajó hacia Haití donde intentó convencer al presidente Fabre Geffrard para que le apoyara en un proyecto de invasión al territorio dominicano con la finalidad de evitar la posible anexión a España.
Minutos antes de la proclamación de la independencia fue elegido por los miembros de La Trinitaria “Comandante en Armas” y presidente de la Junta Gubernativa.
Sánchez izó la bandera nacional en la Puerta de la Misericordia al grito de ¡Dios, Patria y Libertad! una vez escuchó el trabucazo disparado por Mella.
Este abogado, político y militar fue un autodidacta que dominaba el francés y el latín. Su educación estuvo primero guiada por su madre, Olaya del Rosario, y después por el cura peruano Gaspar Hernández, quien fortaleció el espíritu patriota de Sánchez.
El patricio adquirió apreciable cultura y sus defensas como abogado fueron notables.
Tras el regreso del exilio fue nombrado fiscal ante el Tribunal de Apelación de Santo Domingo, teniendo que llevar la acusación contra el general Antonio Duvergé en el primer juicio que le hizo Pedro Santana. A partir de ese momento pasó a ser defensor público y recibió una licencia de la Suprema Corte de Justicia para ejercer su profesión.
Exilio. En abril de 1855 fue enviado al exilio en Curazao y regresó en agosto de 1856. Cuando Pedro Santana negociaba la anexión a España, Sánchez manifestó su oposición y en agosto de 1859 fue encarcelado debido a su postura. En septiembre, fue enviado al exilio en Saint Thomas.
Desde su exilio y sin recursos económicos mantuvo sus ideales de lucha contra la anexión. Apeló por la unidad de los dominicanos y viajó hacia Haití donde intentó convencer al presidente Fabre Geffrard para que le apoyara en un proyecto de invasión al territorio dominicano con la finalidad de evitar la posible anexión a España.