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Los güevedoces: Menores dominicanos cuyo pene empieza a crecer a los 12 años.

El porta BBC Mundo se ha hecho eco del extraño caso en un pueblo de Barahona, donde muchos niños son conocidos como "güevedoces", porque su pene les empieza a crecer cuando alcanzan los 12 años. Johnny vive en un pequeño pueblo de la provincia de Barahona, en el sur de República Dominicana, donde él y otros como él son conocidos como güevedoces. Lo que se puede traducir como "con penes a los 12 años".

Conocimos a Johnny cuando estábamos filmando una nueva serie de BBC Two llamada "Countdown to Life" que examina cómo desarrollamos el útero y cómo esos cambios, normales y no, nos afectan en otras etapas de la vida.

Como los otros güevedoces, Johny fue educado como una niña porque no tenía testículos ni pene visibles. Solo cuando se acercaba a la pubertad le creció el pene y descendieron sus testículos.

Johny, conocido antes como Felicita, recuerda ir a la escuela con un pequeño vestido rojo, aunque dice que nunca le gustó hacer "cosas de niñas".

"Nunca me gustó vestirme como una niña y cuando me traían juguetes para niñas nunca los utilizaba. Cuando veía a un grupo de niños, me paraba para jugar a la pelota con ellos".

Cuando se convirtió en hombre de forma evidente fue objeto de burlas en la escuela, a las que respondía con los puños.

"Solían decir que era el diablo, cosas feas, palabras sucias, y no tenía otra opción que pelear con ellos porque estaban cruzando una línea".
De Carla a Carlos

También grabamos a Carla, que a la edad de siete años está a punto de convertirse en Carlos.

Cuando cumplió cinco años (...) sus músculos y su pecho empezaron a crecer. Podías ver que iba a ser un niño. Yo la quiero sea quien sea. Niña o niño, me da igual".
Madre de Carlos (antes Carla)

Su madre empezó a percibir el cambio desde hace tiempo.

"Cuando cumplió cinco años, me di cuenta de que siempre que veía a uno de sus amigos niños, quería pelear con ellos. Sus músculos y su pecho empezaron a crecer. Podías ver que iba a ser un niño. Yo la quiero sea quien sea. Niña o niño, me da igual".

Pero, ¿por qué sucede esto?

Una de las primeras personas en estudiar esta inusual condición fue Julianne Imperato-McGinley, de la Universidad de Medicina de Cornell, en Nueva York.

En la década de 1970, llegó a esta zona remota de República Dominicana, atraída por los reportes extraordinarios de las niñas que se convertían en niños.

Cuando llegó, vio que los rumores eran ciertos. Hizo multitud de estudios sobre los güevedoces, incluyendo biopsias de sus testículos que debieron ser bastante dolorosas, antes de descubrir finalmente el misterio.