Haití conmemorará este lunes el quinto aniversario del devastador terremoto que azotó Puerto Príncipe en 2010, con miles de personas que aún viven en campos de desplazados considerados en riesgo de desastre natural y en medio de una intensa crisis política.
El 12 de enero de 2010 un seísmo de 7,0 grados causó más de 200.000 muertos en Haití y dejó 1,5 millones de desplazados. Actualmente quedan en campos de desplazados algo menos de 80.000 personas, según datos proporcionados por la Oficina de Ayuda Humanitaria y Protección Civil (ECHO) de la Comisión Europea. "Estas personas son ahora mismo la población más vulnerable y desamparada y es una prioridad buscar una solución a su situación", dijeron fuentes de ese departamento humanitario de la UE. ECHO afirmó que las tasas de desnutrición en los campos de desplazados "superan los límites de lo que se considera una emergencia". Además, la mayoría de campos no tiene sistema para gestionar los residuos. "En junio de 2014, solo el 67% de los residentes en campos tenía acceso a letrinas y el número de personas que por promedio usaba la letrina era de 82, es decir, una letrina por cada 82 personas", explicaron las fuentes.
En este sentido, ECHO indicó que una de las cosas que financia es que se siga asegurando un mínimo de servicios básicos, sobre todo letrinas, para que la situación de saneamiento no empeore y para que no aumente el riesgo de enfermedades que se transmiten por el agua y las heces, como el cólera. Haití ha pasado por grandes dificultades en los últimos años, entre ellas la epidemia de cólera por la que miles de personas perdieron la vida.
Según la información que maneja ECHO, los datos de septiembre señalaban que 45.030 personas vivían en 35 campos considerados en riesgo de un desastre natural, debido a que los mismos se construyeron en el primer hueco disponible tras el terremoto. Por otro lado, el 97% de los 10 millones de metros cúbicos de escombros que dejó el terremoto ha sido retirado, según el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas (PNUD).
Pobreza crónica, desigualdad e incertidumebre política El Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (PMA) alertó de que Haití por su posición geográfica es altamente vulnerable a desastres naturales como huracanes, inundaciones, derrumbes y sequías. "Incluso un evento de impacto moderado puede traer hambre a una persona simplemente porque vive en la pobreza. Hoy, tres millones de haitianos no saben dónde obtendrán su siguiente comida", advirtió esta agencia humanitaria
ECHO, por otra parte, aseguró que es el único donante humanitario que en la actualidad financia programas para ayudar a víctimas de desalojos forzosos de campos de desplazados. Según la jefa de la oficina de ECHO en Haití, Ségolène de Beco, las víctimas de desahucios mientras viven en campos pueden solicitar entrar en programas de apoyo a la renta, pero una vez que les expulsan de allí oficialmente dejan de ser desplazados y pierden el derecho a recibir ayuda. "Se quedan sin nada y se convierten en víctimas olvidadas de estas violaciones de derechos humanos", expresó De Beco. Desde ECHO, indicaron que los programas de apoyo a la renta están consiguiendo que mucha gente deje los campos y regrese a barrios para alquilar una casa. "Se les da un año de alquiler, una formación en gestión de pequeños negocios y ayuda para montarlos, de modo que tras el año de alquiler ellos puedan seguir pagando la renta solos", explicaron.
De acuerdo con el PMA, la pobreza crónica, la desigualdad, la degradación medioambiental y la incertidumbre política amenazan los avances logrados en el país caribeño tras el devastador terremoto. Haití vive una intensa crisis política derivada de la incapacidad de sus líderes para celebrar elecciones municipales y legislativas, aplazadas desde hace años por diferencias entre el Ejecutivo y el Legislativo. Todo ello acompañado casi a diario de protestas que agitan las calles de la capital y en las que opositores haitianos exigen la renuncia del presidente del país, Michel Martelly, y la celebración de comicios.
El 29 de diciembre pasado, los representantes de los tres poderes del Estado firmaron un pacto en el que establecieron una serie de compromisos con el fin de allanar el camino hacia las elecciones pendientes, entre ellos prolongar los mandatos de los diputados hasta el 24 de abril y de los senadores hasta el 9 de septiembre, que expiraban mañana.