Pedro Martínez llegó a las Grandes Ligas en 1992 y de una vez impuso su respeto. Sometió a la obediencia a contrarios durante 18 temporadas. Eso le llevó a lograr tres premios Cy Young, un anillo de Serie Mundial, pero en especial el aprecio de un gran número de personas que siempre estaban atentas a cada una de sus salidas.
Varios fueron los momentos vividos por Martínez, en especial cuando militó con los Medias Rojas de Boston, el equipo con el que obtuvo los mayores logros de su carrera.
Su tenacidad y entrega lo convirtieron en uno de los mejores lanzadores de toda la historia de las Grandes Ligas. Su inicio en el mejor béisbol del mundo se produjo con los Dodgers de Los Ángeles, pasando luego por los Expos de Montreal, Medias Rojas, Mets de Nueva York y finalizando su grandiosa carrera con los Filis de Filadelfia el 30 de septiembre de 2009, cerrando con broche de oro una historia que quedará permanente en la memoria de los millones de seguidores a quienes los puso a vibrar con cada uno de sus lanzamientos.
Familiaridad
Pedro Martínez tuvo a su hermano Ramón Martínez como su norte a seguir. Ambos militaron con los Dodgers de Los Ángeles (1992-1993) y con los Medias Rojas de Boston (1999-2000), respectivamente. archivo
Junto a otro grande
Pedro figura al lado de un maestro: Felipe Rojas Alou, quien lo dirigió por cuatro campañas en Montreal (1994, 1995, 1996 y 1997). Con ese club, Martínez ganó su primer Cy Young en las Grandes Ligas en 1997. archivo
Un expo
Pedro llegó al conjunto canadiense mediante un cambio que envió, el 19 de noviembre de 1993, al exintermedista y jardinero Delino DeShields a los Dodgers de Los Ángeles. archivo
El último festejo
Con los Filis, Pedro continuó demostrando su valía en el terreno avanzando a la Serie Mundial de 2009 tras ganar el banderín de la Liga Nacional. En la grafica se observa junto a su antiguo compañero Jason Werth celebrando tras eliminar a los Dodgers. Los Yankees se alzaron con el título de esa final.
Sueño cumplido
Martínez hizo su debut en las Grandes Ligas el 24 de septiembre de 1992 en el choque en el que los Dodgers cayeron 8-4 ante los Rojos de Cincinnati. Como relevista, trabajó la octava y novena entrada en las que permitió dos hits, una transferencia y un ponche.