Como un intento por mejorar la imagen urbana en Manila, Filipinas, , funcionarios de la capital encarcelaron a cientos de menores y los pusieron en celdas junto a delincuentes adultos. La escandalosa medida coincide con la visita del papa Francisco.
En un abuso flagrante de las propias leyes de protección de menores del país, los niños se encuentran en condiciones atroces, encerrados en centros de detención en los que pasan hambre y duermen en el suelo. Según una investigación del diario británico Daily Mail, muchos de ellos son golpeados y maltratados por los reclusos de mayor edad.
A los menores los encarcelan sin haber tenido un proceso judicial con garantías, por mendigar, robar comida para aliviar su hambre o simplemente por dormir en la calle. "No tienen derechos básicos. No hay educación. No hay entretenimiento. No hay desarrollo humano adecuado. No hay ningún lugar para comer y tienen que dormir en el suelo. No hay un proceso judicial adecuado", aseguró el misionero irlandés Father Shay Cullen, que trabaja para rescatar a los niños.
El misionero opinó que los funcionarios locales "están horrorizados ante la perspectiva de que el Papa viera a los niños ser tratados de esta manera".
Tras una visita de dos días a Sri Lanka, Francisco aterrizó este jueves en Manila para efectuar la primera visita de un papa en 20 años.
Por su parte, la subdirectora de la organización caritativa Bahay Tuluyan, Catherine Scerri, relató alDaily Mail que injusticias como ésta ya habían pasado en la capital filipina antes de grandes eventos internacionales. "Ocurrió antes de la visita del presidente Obama a Filipinas en abril del año pasado. Cuando intentamos liberarlos, nos dijeron que no podían salir antes de que Obama se fuera", agregó Scerri.