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Vídeo: Kobe Bryant supera a Jordan. Es el tercer máximo anotador de todos los tiempos en la NBA.


El alumno ha dejado atrás al maestro. Desde esta noche, Kobe Bryant es el tercer máximo anotador de todos los tiempos en la NBA tras haber superado los 32.292 puntos de Michael Jordan. Tras conseguir 26 en la victoria de sus Lakers ante los Timberwolves, el escolta dejó su marca en 32.310 tantos. Ahora, ya sólo Kareem Abdul-Jabbar (38.387) y Karl Malone (36.928) se encuentran por delante de la Mamba Negra. Fue un partido especial el del Target Center de Minneapolis (la ciudad en la nacieron los de púrpura y oro). 

Una cita con la historia. Lo de menos era el duelo, lo único importante era descubrir el momento en el que Kobe sumaría su punto número nueve para agrandar aún más su leyenda. No todos los días uno puede superar a Jordan, el para muchos mejor jugador de todos los tiempos. Hay que ser muy bueno. Y Kobe, lo es.

Top-10 anotadores históricos

1. Kareem Abdul Jabbar (38.387)
2. Karl Malone (36.928)
3. Kobe Bryant (32.310)
4. Michael Jordan (32.292)
5. Wilt Chamberlain (31.419)
6. Shaquille O'Neal (28.596)
7. Moses Malone (27.409)
8. Elvin Hayes (27.313)
9. Dirk Nowitzki (27.223)
10. Hakeem Olajuwon (26.946)
*En negrita, aún en activo

Centro de todas las miradas, ("nada más llegar te das cuenta de que una multitud está pendiente de ti, así que más te vale no fastidiarla y ponerte a ello") el '24' sintió una responsabilidad extra sobre sus hombros. Erró sus tres primeros lanzamientos y tuvo que estrenar su cuenta desde la línea de personal. Allí, a falta de 3:54 para el final del primer cuarto, sumó sus dos primeros tantos de una noche en la que fue el protagonista a nivel mundial. Y en ella también, en el mismo lugar que ha visitado más de 11.000 veces (incluidos los playoffs) a lo largo de sus 19 años en la mejor Liga del planeta, escribió una de las páginas más importantes del baloncesto. Tras convertir un triple nada más regresar del banquillo se sacudió cualquier tipo de presión. 
Liberado, a la siguiente jugada estuvo cerca de batir la marca de Air tras un lanzamiento marca de la casa, pero el balón fue escupido por el aro entre los lamentos del público. A la jugada siguiente ganó la línea de fondo y cuando iba a subir el balón, Zach LaVine tuvo que pararle en falta. Tiempo muerto en cancha. Los 15.500 espectadores que acudieron al Target Center y los millones que lo seguíamos por television a lo largo y ancho del globo terráqueo aguantamos la respiración. El momento había llegado. Tantos años viviendo con la necesidad de encontrar un sucesor para Jordan iban a llegar a su fin.

A 5:24 para el descanso y con 32-36 en el marcador, Kobe anotó el primer tiro libre. Recibió el balón para el segundo, lanzó y... entró de lleno en la HISTORIA. La gente en pie, aplaudiendo. El juego parado para homenajear a uno de los más grandes, quien recibe las felicitaciones de sus compañeros. Acto seguido, Glen Taylor (propietario de los Wolves) le entrega un balón conmemorativo, Flip Saunders (técnico rival) le da la enhorabuena antes de fundirse en un emotivo abrazo con Byron Scott. Lo había conseguido. Un nuevo hito en una carrera plagada de hazañas: cinco anillos, cuatro MVP's del All Star, aquel partido de los 81 puntos... pero quizá ningún momento tan especial y emotivo como este. Por lo que supone dejar atrás a un mito como Jordan. "Es un gran honor. Un sueño que tenía desde niño", destacaba tras el encuentro en rueda de prensa.

"Quiero felicitarle por alcanzar esta marca. Es uno de los grandes, con una ética de trabajo y una enorme pasión por el juego. He disfrutado viéndole jugar estos años", comentó el ahora dueño de los Hornets. "Seguidores de los Lakers: somos muy afortunados por poder ver a Kobe Bryant, uno de los 5 o 5 mejores jugadores de la historia, con el uniforme de nuestro equipo", le piropeó otro mito viviente como Magic Johnson. "Eso es lo más importante para mí. Jugar y tener el respeto de los más grandes y sentir que soy parte de esta cultura", reconocía el jugador nacido hace 36 años en Philadelphia.

Una vez superado el objetivo, y aunque no lo parezca, se siguió jugando un partido de baloncesto, el deporte al que gente como Bryant tanton bien han hecho. Precisamente fue él quien con un triple a un minuto para el final rompió el empate a 94. Instantes después sumaría su punto 26 para poner tierra de por medio y poner así el broche perfecto a una noche mágica. Los Lakers, pese al partidazo en las filas de los lobos de Shabazz Muhammad (28-9) y los 16 tantos de un Andrew Wiggins que quién sabe sino será él quien supere en un futuro a la Black Mamba, sumaron su tercer triunfo consecutivo. No podía ser de otra forma. La ocasión lo merecía. Bryant lo merecía. Una leyenda. Disfrutémoslo mientras siga en activo. Gracias Kobe.