El nacer sin brazos no es un obstáculo en la vida de Wellington Colón, quien se desarrolla con normalidad en sus labores de dibujar con los pies gracias a sus habilidades. Los dedos le permiten no solo escribir sus tareas, sino que usa el celular para comunicarse con amigos a través de las redes sociales.
“Mi vida es de normalidad, me la paso jugando con mis amigos, juego bolitas, bailo los trompos y me gusta dibujar como el que hice recientemente del cantautor nicaragüense Tony Meléndez con su guitarra, quien nació en las mismas condiciones que yo”, apunta Colón. En su casa en la calle Progreso del barrio Duarte del sector El Ingenio, al oeste de Santiago, Wellington reside junto a su abuela Olivia Pérez en una casa construida por el médico Freddy Almánzar.
