La Cámara Baja, que la semana pasada sorprendió al país, renunciando al fondo de gestión legislativa, 50 mil pesos mensuales para cada diputado aparentemente tienen muy presente la popular frase “comer es primero”, pero no hablamos de ingerir cualquier alimento. De enero a septiembre, los diputados consumieron más de 40 millones de pesos en comidas y bebidas.
Se trata de un menú a la altura de los más refinados gustos que incluye todo de tipo de platillos de alta cocina y una diversidad de postres, todos costeados con fondos públicos y servidos gratuitamente en el restaurante El Congreso.
Hay por lo menos 22 diputados que tienen cuentas pendientes en el Club del Legislador, que van, consumen y luego se les descuenta partidas mínimas mensualmente. Algunos apartemente estarán pagando por años ya que por lo menos seis legisladores deben entre 48 y 200 mil pesos y siguen con crédito abierto.
A parte del Fondo de Gestión Legislativa al que renunció la Cámara Baja la semana pasada, medida que a lo interno provocó fuertes críticas en contra de su presidente, aún existe otro Fondo de 87 mil pesos mensuales llamado el de Compensación Social. ¿Quién monitorea esos recursos, tienen que entregar algún tipo de recibo para justificar los gastos, y que otros cambios se avecinan según Abel Martínez?
