Un hombre llora mientras sostiene el cuerpo de un niño después del terremoto de magnitud 6,5 azotó la zona en el condado de Ludian en Zhaotong, provincia de Yunnan, suroeste de China.
Al menos 381 personas han fallecido después de que un fuerte terremoto de 6,5 grados en la escala abierta de Richter azotara el domingo la región suroccidental china de Yunnan, donde los equipos de emergencia tratan de socorrer a decenas de personas que siguen desaparecidas.
El último recuento de las autoridades, publicado a través de la agencia oficial Xinhua a las 8.40 horas del lunes (00.40 horas GMT) sitúa la cifra oficial de fallecidos en los 381, mientras que el número de heridos supera los 1.800.
El primer ministro del país, Li Keqiang, irá a la región afectada por el seísmo para supervisar las tareas de socorro, mientras que el presidente Xi Jinping ha instado a los equipos de rescate a "maximizar los esfuerzos para salvar vidas y garantizar el cuidado de los afectados".
También pidió reforzar la prevención en las zonas más afectadas para evitar que posibles réplicas causen más víctimas.
El terremoto, el peor que ha sufrido la provincia de Yunnan en 14 años, se produjo a las 16.30 hora local (08.30 GMT) del domingo, con el hipocentro a unos 12 kilómetros de profundidad y el epicentro en el condado de Ludian, un territorio que tiene 439.000 habitantes y que pertenece a la ciudad de Zhaotong.
La zona afectada por el seísmo es al parecer un aérea alejada y exclusivamente agrícola, con viviendas vulnerables y de antigua construcción.
La mayoría de muertes y heridos se produjeron en el condado donde se ubicó el epicentro, donde se busca a los que siguen desaparecidos, pero también se registraron fallecidos en el condado vecino de Qiaojia y Huize.
Las carreteras cortadas y las continuas lluvias están dificultando las tareas de rescate, en las que participan 7.000 efectivos, entre ellos unos 5.000 soldados, policías y bomberos, que trabajan para encontrar supervivientes y trasladar a los heridos a zonas más seguras.
Por el momento hay 57.200 personas que están a la espera de ser reubicadas, una tarea complicada debido al mal estado de las vías de comunicación y al derrumbe de viviendas (unas 12.000), que estaban hechas de barro y madera.
Las previsiones meteorológicas auguran que los aguaceros podrían continuar durante los próximos tres o cuatro días, lo que también dificulta la entrada de comida y medicamentos en el condado afectado.
Algunos médicos de los hospitales más cercanos informaron a Xinhua que se encuentran "con una grave escasez de medicamentos" y que "las condiciones son demasiado pobres para operar a los heridos de mayor gravedad".
Tras el fuerte seísmo, la zona ha sufrido más de 210 réplicas, tres de ellas de más de 4 grados Richter, y los expertos han advertido de que podrían registrarse temblores de entre 5 y 6 grados en las próximas horas.
El último recuento de las autoridades, publicado a través de la agencia oficial Xinhua a las 8.40 horas del lunes (00.40 horas GMT) sitúa la cifra oficial de fallecidos en los 381, mientras que el número de heridos supera los 1.800.
También pidió reforzar la prevención en las zonas más afectadas para evitar que posibles réplicas causen más víctimas.
El terremoto, el peor que ha sufrido la provincia de Yunnan en 14 años, se produjo a las 16.30 hora local (08.30 GMT) del domingo, con el hipocentro a unos 12 kilómetros de profundidad y el epicentro en el condado de Ludian, un territorio que tiene 439.000 habitantes y que pertenece a la ciudad de Zhaotong.
La zona afectada por el seísmo es al parecer un aérea alejada y exclusivamente agrícola, con viviendas vulnerables y de antigua construcción.
La mayoría de muertes y heridos se produjeron en el condado donde se ubicó el epicentro, donde se busca a los que siguen desaparecidos, pero también se registraron fallecidos en el condado vecino de Qiaojia y Huize.
Las carreteras cortadas y las continuas lluvias están dificultando las tareas de rescate, en las que participan 7.000 efectivos, entre ellos unos 5.000 soldados, policías y bomberos, que trabajan para encontrar supervivientes y trasladar a los heridos a zonas más seguras.
Por el momento hay 57.200 personas que están a la espera de ser reubicadas, una tarea complicada debido al mal estado de las vías de comunicación y al derrumbe de viviendas (unas 12.000), que estaban hechas de barro y madera.
Las previsiones meteorológicas auguran que los aguaceros podrían continuar durante los próximos tres o cuatro días, lo que también dificulta la entrada de comida y medicamentos en el condado afectado.
Algunos médicos de los hospitales más cercanos informaron a Xinhua que se encuentran "con una grave escasez de medicamentos" y que "las condiciones son demasiado pobres para operar a los heridos de mayor gravedad".
Tras el fuerte seísmo, la zona ha sufrido más de 210 réplicas, tres de ellas de más de 4 grados Richter, y los expertos han advertido de que podrían registrarse temblores de entre 5 y 6 grados en las próximas horas.