Sólo hubo un equipo en las Finales de 2014 y éste fue San Antonio Spurs. Los pupilos de Gregg Popovich dieron una nueva lección de baloncesto en el Game 5 contra Miami Heat (la tercera consecutiva de las Finales y la enésima en los últimos años) y se comieron a su rival para proclamarse campeones en casa y levantar el trofeo ante su público, el quinto en la historia de la franquicia. De poco sirvió el inicio de partido de todo el equipo de Florida y en espacial de LeBron James (31 puntos, 10 rebotes y 5 asistencia al término del encuentro y 17 puntos en los primeros 12 minutos). Los de El Álamo se rehicieron en el segundo cuarto, rompieron el partido en el tercero y disfrutaron en el cuarto, para acabar celebrando sin tener la necesidad de alargar más el sufrimiento del Heat.
Kawhi Leonard volvió a ser una pieza fundamental de la victoria en el último partido de las Finales, firmando una actuación de 22 puntos y 10 rebotes que le sirvió para redondear unas series para el recuerdo en la eliminatoria por el anillo. Un anillo en el que también tuvo que ver mucho un Manu Ginobili providencial desde el banquillo y que terminó el Game 5 con 19 puntos, mientras que Tim Duncan (14 puntos y 8 rebotes) y Boris Diaw (5 puntos, 9 rebotes y 6 asistencias) también aportaron su granito de arena. Aunque si hay un nombre que sonará especialmente después de este título, además del de Leonard, será el de Patty Mills (17 puntos). El base australiano pasó de ser un jugador de segunda fila (de la parte final de la segunda fila) a convertirse en alguien imprescindible para un equipo que mereció el título más que ningún otro en toda la Liga.
En el bando perdedor no se puede dejar pasar la actuación de un LeBron James que se quedó sin Three Peat, pero que culminó sus cuartas Finales consecutivas dando la cara hasta donde pudo. Lamentablemente no contó con el apoyo de sus dos escuderos, pues ni Dwyane Wade ni Chris Bosh estuvieron a la altura de las circunstancias, por no hablar de un ausente Mario Chalmers. Una muestra de la nula capacidad de reacción de un Miami Heat que, simple y llanamente, no pudo más que rendirse ante la evidente superioridad de unos Spurs que jugaron a otro nivel.
En el bando perdedor no se puede dejar pasar la actuación de un LeBron James que se quedó sin Three Peat, pero que culminó sus cuartas Finales consecutivas dando la cara hasta donde pudo. Lamentablemente no contó con el apoyo de sus dos escuderos, pues ni Dwyane Wade ni Chris Bosh estuvieron a la altura de las circunstancias, por no hablar de un ausente Mario Chalmers. Una muestra de la nula capacidad de reacción de un Miami Heat que, simple y llanamente, no pudo más que rendirse ante la evidente superioridad de unos Spurs que jugaron a otro nivel.