El hospital South Nassau Communities de Long Island (Nueva York) ha alertado esta semana de que algunos de sus pacientes podrían haber estado expuestos a la hepatitis B y C y al VIH, después de que las autoridades descubrieran que se había usado el mismo bolígrafo administrador de insulina con varios pacientes. La alerta afecta a más de 4.000 enfermos, según explica el diario Newsday.
Aunque el nivel de emergencia es bajo, se ha recomendado por carta a todos los afectados que se hagan un análisis de sangre en un plazo de 60 días. Según la cadena de televisión local WABC-TV, ya se habrían hecho la prueba unos 200 pacientes. “Los resultados tardarán unas dos semanas”, han informado fuentes del hospital.
Todo apunta a un descuido de las enfermeras que, aunque cambiaban las agujas con cada paciente, no hacían lo mismo con los bolígrafos. “Cuando descubrimos el error, solicitamos al Departamento de Salud que hiciera una investigación”, ha explicado un portavoz del hospital. Según el centro, “no hay conocimiento de que haya, de momento, ningún infectado”.
Estos dispositivos, que ofrecen un método de inyección del medicamento muy fiable para los enfermos diabéticos, son similares a los bolígrafos para escribir y el usuario utiliza una dosis contenida en un cartucho en el interior del dispositivo, según informa el Centro de Prevención y Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, en sus siglas en inglés).
El CDC ha añadido que los bolígrafos de insulina deben ser únicos para cada paciente, porque pueden quedar restos de sangre en el cartucho y favorecer la transmisión de patógenos, incluso, cuando se cambia de aguja.
Como medida preventiva, de momento el centro médico ha prohibido el uso de bolígrafos de insulina. En su lugar, los profesionales deberán usar viales individuales para suministrar el medicamento.
La alerta que han suscitado los bolígrafos de insulina en este hospital de Nueva York no es un caso aislado. Según el Departamento de Salud de EE UU, otros tres centros médicos informaron de una emergencia similar en 2013, dos hospitales estatales y un centro médico de Veteranos de Buffalo, también en este Estado.
En este último caso, fueron más de 700 los pacientes afectados y tras los análisis de sangre, una docena resultó estar infectado de hepatitis B y unos seis con hepatitis C, informa el mismo diario. Además, también se reportó un caso similar en 2008 en el Centro Médico Universitario de Nassau, en East Meadow (Nueva York).
En 2009, la Agencia de Control de Alimentos y Medicamentos (FDA, en sus siglas en inglés) ya advirtió que los bolígrafos de insulina debían ser usados de forma individualizada para cada paciente. Y en 2012, el propio CDC avisó de que “debido al aumento de este tipo de alertas” se establecía una guía para su correcto uso.
Aunque el nivel de emergencia es bajo, se ha recomendado por carta a todos los afectados que se hagan un análisis de sangre en un plazo de 60 días. Según la cadena de televisión local WABC-TV, ya se habrían hecho la prueba unos 200 pacientes. “Los resultados tardarán unas dos semanas”, han informado fuentes del hospital.
Todo apunta a un descuido de las enfermeras que, aunque cambiaban las agujas con cada paciente, no hacían lo mismo con los bolígrafos. “Cuando descubrimos el error, solicitamos al Departamento de Salud que hiciera una investigación”, ha explicado un portavoz del hospital. Según el centro, “no hay conocimiento de que haya, de momento, ningún infectado”.
Estos dispositivos, que ofrecen un método de inyección del medicamento muy fiable para los enfermos diabéticos, son similares a los bolígrafos para escribir y el usuario utiliza una dosis contenida en un cartucho en el interior del dispositivo, según informa el Centro de Prevención y Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, en sus siglas en inglés).
El CDC ha añadido que los bolígrafos de insulina deben ser únicos para cada paciente, porque pueden quedar restos de sangre en el cartucho y favorecer la transmisión de patógenos, incluso, cuando se cambia de aguja.
Como medida preventiva, de momento el centro médico ha prohibido el uso de bolígrafos de insulina. En su lugar, los profesionales deberán usar viales individuales para suministrar el medicamento.
La alerta que han suscitado los bolígrafos de insulina en este hospital de Nueva York no es un caso aislado. Según el Departamento de Salud de EE UU, otros tres centros médicos informaron de una emergencia similar en 2013, dos hospitales estatales y un centro médico de Veteranos de Buffalo, también en este Estado.
En este último caso, fueron más de 700 los pacientes afectados y tras los análisis de sangre, una docena resultó estar infectado de hepatitis B y unos seis con hepatitis C, informa el mismo diario. Además, también se reportó un caso similar en 2008 en el Centro Médico Universitario de Nassau, en East Meadow (Nueva York).
En 2009, la Agencia de Control de Alimentos y Medicamentos (FDA, en sus siglas en inglés) ya advirtió que los bolígrafos de insulina debían ser usados de forma individualizada para cada paciente. Y en 2012, el propio CDC avisó de que “debido al aumento de este tipo de alertas” se establecía una guía para su correcto uso.