Sin nadie que vele por su estado de salud, si fue a la
escuela, si desayunó o almorzó, así se encontraba este niño dormido en
plena acera del parque Independencia de esta ciudad capital. De aparente edad entre los 11 ó 12 años, acoge un cartón como su humilde cama, acompañada de una almohada en plena luz del día.
Su aspecto físico refleja varios días sin bañarse, no porque lo desee, sino por la condición social en que se encuentra, sumándose a esta escena la indiferencia de los transeúntes, quienes no se inmutan ante la cruel realidad del menor. Testigo de esta penosa situación, la joven periodista Joha Jiménez, tomó estas fotografías, y narra en su cuenta de Facebook, “Ruta Informativa” que no quiso despertar al adolescente por el profundo estado somnoliento en que se encontraba.
“No lo quise despertar para hacerle preguntas, pero queda claro, es que se encuentra en la calle a su suerte sin nadie que lo oriente o lo eduque, provocando que se convierta en un delincuente, así arruine su vida y la de los demás”. Ante este tipo de casos, muy comunes y repetitivos en la ciudad, el Estado debe disponer y precisar de departamentos competitivos que se encarguen de velar por los derechos de la niñez abandonada, evitando de esta manera que los menores de edad incurran en actos delictivos y convivan en armonía con la sociedad.
Su aspecto físico refleja varios días sin bañarse, no porque lo desee, sino por la condición social en que se encuentra, sumándose a esta escena la indiferencia de los transeúntes, quienes no se inmutan ante la cruel realidad del menor. Testigo de esta penosa situación, la joven periodista Joha Jiménez, tomó estas fotografías, y narra en su cuenta de Facebook, “Ruta Informativa” que no quiso despertar al adolescente por el profundo estado somnoliento en que se encontraba.
“No lo quise despertar para hacerle preguntas, pero queda claro, es que se encuentra en la calle a su suerte sin nadie que lo oriente o lo eduque, provocando que se convierta en un delincuente, así arruine su vida y la de los demás”. Ante este tipo de casos, muy comunes y repetitivos en la ciudad, el Estado debe disponer y precisar de departamentos competitivos que se encarguen de velar por los derechos de la niñez abandonada, evitando de esta manera que los menores de edad incurran en actos delictivos y convivan en armonía con la sociedad.
