La policía de Sao Paulo cree que un adolescente de 13 años mató a
sus padres policías, a su abuela, a su tía abuela y fue luego a la escuela,
antes de suicidarse, en un caso que conmociona a Brasil y que está siendo
investigado. El sargento Luis Marcelo Pesseghini, de 40 años; su mujer Andreia
Regina Bovo Pesseghini, cabo de la Policía Militar, de 35 años, y el hijo
Marcelo Eduardo, fueron encontrados muertos a tiros en la sala de estar, en una
casa en la zona norte de Sao Paulo. Debajo del cuerpo del niño, que era zurdo y
falleció de un disparo en la sien izquierda, fue hallada una pistola calibre
.40.
En otra casa adjunta, en el mismo terreno, fueron encontrados los
cuerpos de Benedita Oliveira Bovo, de 65 años, madre de Andreia, y Bernadette
Oliveira da Silva, de 55 años, hermana de Benedita. Las mujeres aparecieron
muertas en distintas camas, pero en la misma habitación. Cámaras de seguridad filmaron el coche de la madre del niño
estacionándose cerca de la escuela, a 5 km de la casa, a las 01h15 de la
madrugada del lunes. A las 06h30 de la mañana, una persona que no puede
identificarse baja del automóvil, se coloca una mochila en la espalda y comienza
a caminar hacia la escuela.
"Todo indica que fue el chico", dijo el coronel Benedito Roberto
Meira, de la Policía Militar. Según las autoridades, Marcelo mató a la familia
entre la noche del domingo y las primeras horas del lunes, luego fue a la
escuela donde estudia con el coche de la madre, pasó la noche en el vehículo y
asistió a clase en la mañana del lunes. El joven entonces se habría suicidado
al regresar a su casa. Según testigos, tras ir a la escuela, Marcelo fue llevado hasta
su casa en coche por el padre de un compañero, a quien pidió que no tocara
bocina frente a la casa para no despertar a su padre, que estaba durmiendo.
Las pericias forenses están en curso. Al menos dos armas fueron
halladas en las residencias, un revólver calibre .32 y un cuchillo dentro de la
mochila que el adolescente llevó a la escuela, junto a otras pertenencias, y el
revólver del padre, calibre .40, propiedad de la policía, según Meira. La posibilidad de un acto de venganza contra los padres por su
trabajo policial fue descartada por el comandante Meira. "Descartamos la
posibilidad de represalias por parte de una facción. La casa no estaba
desordenada, no hay señales de que se entró por la fuerza", dijo.
Marcelo Eduardo utilizaba en su perfil de Facebook la foto del
protagonista de la serie de videojuegos Assassin’s Creed,
ambientada durante el Renacimiento, con tintes de ciencia ficción. El personaje
de la saga forma parte de una secta de asesinos y planea vengar la muerte de sus
familiares. Las clases en la escuela donde estudiaba el niño fueron suspendidas
este martes. Ningún representante quiso pronunciarse sobre la tragedia. En su perfil en la red social, la maestra de Marcelo, Ana Paula
Pigatto Alegre, lamentó la muerte del estudiante, afirmando que había dado clase
el día anterior. "Conversamos, jugamos, nos reímos, le di un abrazo tan rico… y
ahora… se terminó", escribió la profesora.
Según una vecina de las víctimas, el niño sería "incapaz" de
protagonizar el asesinato. "Era muy amable, tenía un gran cariño por la abuela.
Creo que es imposible; él no iba solo ni al mercado, cuanto más manejar un
coche", dijo la artesana, que vive hace 32 años en la misma calle que la
familia. La mujer informó a Terra que Marcelo Eduardo
tenía pocos amigos y sufría fibrosis pulmonar, pero que era un "chico normal".
"No sé decir qué era, pero hacía tratamiento y corría riesgo de vida. Desde muy
pequeño tenía una enfermedad rara. Él no tenía muchos amigos, pero era un niño
normal".
Otra vecina de la familia subrayó no haber oído disparos. "No
escuchamos nada, ningún disparo. Mi esposo llegó y me llamó, él pensó que era un
accidente. (...) Es una cosa inexplicable. Era una familia muy buena, es como si
fueran nuestros parientes. El niño era muy tranquilo, nadie lo veía en la calle,
pasaba en casa jugando con su abuela en el jardín", afirmó.
Con información de la agencia AFP.