Ariel Castro, el secuestrador de Cleveland, Ohio que
mantuvo cautivas a tres mujeres por más de 10 años aceptó un acuerdo con la
fiscalía para evitar la pena de muerte, pero no se libró de una condena de 1.000
años de cárcel sin derecho a libertad condicional. En el acuerdo, la sentencia de Castro responde a un
total de 937 ofensas relacionadas con el secuestro de las tres mujeres cuando
eran niñas y de asesinato agravado por haber provocado el aborto de una de las
mujeres cautivas de las cuales abusaba sexualmente.
Según el abogado de Castro, su defendido no tendrá que
testificar y está consciente de lo que está aceptando y retira su primer
testimonio en el que se declaró no culpable para aceptar el acuerdo bajo el cual
está condenado de por vida a permanecer tras las rejas.
Castro no tendrá derecho a ningún tipo de perdón ni a
presentar ningún alegato en el futuro. El acusado mencionó que reconoce que
tiene un problema sexual aunque no quedó aclarado qué repercusiones tendrán sus
afirmaciones. Las tres víctimas no se presentaron durante el juicio
ni tampoco testificaron.