El preso hizo el agujero con el metal del teléfono de la ducha, pero no acertó con la medida de uno de los cuatro compinches que se iban a fugar, según informó el diario regional 'Jornal Populacional'. Sólo uno consiguió huir, saltando un muro de cinco metros de altura, la alambrada y la cerca eléctrica. El segundo se quedó a medias y la policía encontró la esperpéntica escena de un tipo atrapado con la mitad del cuerpo dentro de la cárcel y la otra mitad fuera. Para sacarlo de ahí, la Policía Federal tuvo que agrandar el agujero con una taladradora.
Según un policía entrevistado por la cadena Globo, el recluso que quedó atrapado era más grande y fuerte que el resto, pero gritó y gritó con dolores y arañazos al no poder moverse de la pared. La frustrada fuga tuvo lugar en Ceres, en el interior de la brasileña provincia de Goiás.
Los guardias agravaron la vergüenza del preso cuando lo rodearon y comenzaron a reírse mientras intentaban sacarlo. El martes de esta semana las autoridades buscaban por la noche a un compañero de celda delgado que sí logró escapar primero, informa Daily Mail. Otros dos presos que esperaban detrás de Valadao vieron frustradas sus esperanzas de ser libres por el inesperado atasco de su compañero.
Los guardias agravaron la vergüenza del preso cuando lo rodearon y comenzaron a reírse mientras intentaban sacarlo. El martes de esta semana las autoridades buscaban por la noche a un compañero de celda delgado que sí logró escapar primero, informa Daily Mail. Otros dos presos que esperaban detrás de Valadao vieron frustradas sus esperanzas de ser libres por el inesperado atasco de su compañero.
Los bomberos llegaron a eso de las 2 de la mañana después de que los dos presos que esperaban su turno empujaron sin conseguir nada a su gordo amigo. Fue trasladado a un hospital bajo protección policial con un costilla rota. Un portavoz de la policía dijo: “Estaba gritando de dolor cuando llegó la ayuda. Parecía haber subestimado el tamaño de su estómago”.