El pequeño Ryan Marquiss ha sobrevivido a una extrañísima circunstancia nada más nacer: su corazón estaba fuera de su pecho. Los bebés que sufren esa rara condición no suelen vivir más de tres días, por eso los médicos no esperaban que pudiese superarlo. Su corazón no se había desarrollado suficientemente en el momento de dar a luz, por eso nació con medio corazón. Una combinación de defectos que hacen de Ryan un caso único.
Los médicos de Pensilvania aconsejaron a los padres del pequeño, destrozados por la mala noticia, que abortasen cuando su madre llevaba tres meses de embarazo. Pero lo rechazaron totalmente. Y al final se ha demostrado que esa, además de valiente, fue la opción correcta: Ryan está a punto de celebrar su tercer cumpleaños. Su madre, de 34 años, lo explica así al Daily Mail: «Queríamos que la naturaleza siguiese su curso, por eso nos negamos a abortar». «Sabíamos que solo un milagro podría hacer que sobreviviese, pero no queríamos actuar por nuestra cuenta», aseguró la madre, a quien los médicos habían dicho que nunca un bebé con tal combinación de circunstancias había sobrevivido.