Tiene sólo tres años de edad y ya pesa 63 kilos. Su forma de engordar desespera a su madre, Xiao Lin, que ruega a los médicos que ayuden a su hijo a reducir su peso y a llevar una vida normal, ya que Xiao Hao ya ha tenido problemas en varios centros en China, al ser considerado un peligro para la salud de otros jóvenes. Su madre promete que su hijo es un niño activo al que lleva a natación, pero hasta los flotadores comienzan a quedarle inútiles. Algunos médicos, por su parte, creen que el joven puede sufrir un trastorno en la hormona del crecimiento, mientras otros creen que puede ser una víctima de los excesivos mimos de sus padres.